Soy la alumna de quinto en grado
en fundamentos de la arquitectura, María Juan Prats. Echando la vista atrás y
repasando mi portfolio de trabajos anteriores, me he podido dar cuenta que los
materiales han estado presentes, en su cierta medida, en muchos de ellos.
Desde los inicios en la profesión
ya podía entender que una manipulación correcta de los materiales podía llegar
a distinguir un proyecto. Por esos desde “cero” ya comencé a experimentar con
todo tipo de materiales para que mis ideas, de alguna forma, tomaran una
presencia.
Más adelante, y desde la
introducción al dibujo arquitectónico, los proyectos tenían que poder ser
transformados desde la creativa y diseño a un objeto tocable, palpable, que se
pudiera experimentar. Por ello, esas primeras maquetas que tomaban su forma
gracias a los materiales y las técnicas.
Pasando por uno de los proyectos
más interesantes donde era el preciso material que utilizásemos para la
confección del traje, dependiendo de la naturaleza, textura y fragilidad que
conseguíamos iba a repercutir en el éxito del proyecto.
Y ese entender, desde esa
sensibilidad, llegábamos a un trabajo más ecológico, con materiales no tan
convencionales pero que entendíamos que podían ser objeto de proyecto.
También, de cierta manera decía,
los campos ligados al urbanismo en primera instancia no dan ese nivel de
detalle preciso que caracterice a la definición de materiales o de técnicas que
puedan llevar a cabo una propuesta. No obstante, las profundizaciones en cada
uno de esos planeamientos me dan a pensar, de forma directa o indirecta, desde
las maquetas que intentan representar esa nueva ordenación hasta las
estrategias bioclimáticas de cada edificio que la iba a completar, están
pensados, reflexionados y dibujados con la repercusión de unos materiales en
los que se podría construir.
Incluso hablando de escalas
territoriales y paisajísticas, encontramos la disposición de otro tipo de
materiales, más naturales, más respetuosos con el medioambiente y ligados a los
temas ecológicos. Por consiguiente, siempre se suele enriquecer una propuesta
llevada a cabo desde la conservación y mejora de un proyecto donde, el ladrillo
y el hormigón, no son los predominantes. Sino que trabajamos con materiales
mucho más experimentales, orgánicos y, que casi podrían decirse, indomables.
Otros son mucho más concretos,
donde una solo decisión como es la de decidir el material para el sistema de
envolventes adicional a unos contenedores marítimos es el que te lleva por
delante todo el proyecto. En estos casos realmente el atractivo, la estética,
la estructura, la accesibilidad… tantos y tantos factores dependen de una
decisión como puede ser la utilización de un material u otro te pueden llevar a
un resultado u otro.
Sin embargo, otros proyectos
surgen más desde el detalle, el objeto que pretende colonizar un espacio. Un
objeto que ya debe de ser pensado desde el inicio con sus materiales, técnicas
y herramientas con las que se podría llevar a cabo. Este objeto va
evolucionando y materializándose ya no solo en sí mismo sino en un espacio,
como puede ser en este caso concreto una reactivación museística, donde la
técnica y el diseño envuelven al proyecto. Al final, todos esos elementos
forman una sinergia que debe funcionar para garantizar el éxito de la propuesta
arquitectónica.
Finalmente, es la robustez, la
propia estructura, la reutilización, la rigidez, la maleabilidad… las distintas
propiedades que vas buscando para un diseño las que te llevan a pensar en el
material más óptimo. Esas buenas o malas decisiones tomadas pueden hacer que un
proyecto que, al principio, peque de utópico, sea lo más creíble y verosímil posible.
De esta forma, la potencia de tu argumento para llevar a cabo, ese proyecto en
concreto, se ajusta a la materialización, pero también, al no ser posible de
otra forma, a que el buen grafismo de estos materiales haga posible una cierta
recreación.
Reflexionando en cada uno de
estos trabajos, donde se me ha hecho más presente los materiales que han sido
protagonistas, me lleva a preguntarme cómo experimentar para llevar a cabo posibles
proyectos futuros.